Hace mas de 70 años que el Dr. Albert Hoffmann, miembro del departamento químico farmacéutico de los laboratorios suizos Sandoz, accidentalmente absorbió a través de la punta de sus dedos, una pequeña cantidad de un compuesto mientras se encontraba sintetizando, algunos productos naturales y particularmente una sustancia cuyo consumo describiría como «las dos o tres cosas mas importantes de mi vida».

Había estado estudiando un hongo del comezuelo, del que purificó y sintetizó componentes activos para su uso en fármacos. Uno de estos, la dietilamida de ácido lisérgico seria, el que con el nombre de LSD-25, le haría escribir el primer informe de sus efectos de la siguiente manera:

“Me vi forzado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y dirigirme a casa, encontrándome afectado por una notable inquietud combinada con cierto mareo, En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada … percibí un flujo ininterrumpido de dibujos fantásticos, formas extraordinarias con intensos despliegues caleidoscópicos. Esta condición se desvaneció dos horas después

A partir de entonces y durante los años 50 y 60, Albert Hoffmann, junto con otros tantos investigadores de diferentes departamentos universitarios, iniciarían la investigación y uso de este compuesto, mismo que llegaría a ser prohibido por parte de los gobiernos de aquel entonces, como una respuesta al consumo recreativo y desordenado que surgiría, poniendo en riesgo la estabilidad social y su consumo indiscriminado por parte de la contracultura hippie.

Hoy, un compuesto psicoactivo que se halla naturalmente en los hongos mágicos, la psilobicina, esta siendo utilizado en un estudio llevado a cabo por el Imperial College de Londres para tratar a un pequeño número de pacientes con depresión aguda, en donde los tratamientos tradicionales no habían tenido éxito.

En este estudio, dirigido por el Dr. Robin Carhart-Harris, Jefe de investigación de esta Universidad, sometieron a pacientes con una forma de trastorno resistente al tratamiento convencional para la depresión, y a los cuales se les suministró una dosis de 20 y 25 mg de psilocibina, que en el cuerpo se metaboliza en psilocina, y que es responsable del efecto psicoactivo de ciertos hongos comestibles. 

Como resultado, los pacientes reportaron haber disminuido sus síntomas depresivos lo que se considera por los mismos pacientes como un efecto de “brillo posterior”, en donde se registraron mejoras en el estado de ánimo y alivio del estrés.

Todos los pacientes habían estado diagnosticados como deprimidos durante un periodo de tiempo significativamente alto, en promedio entre 8 y 17 años, y ninguno de ellos había respondido a los medicamentos estándar, como lo son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

Actualmente los ISRS son una clase de compuestos usados como antidepresivos en el tratamiento de cuadros depresivos, trastornos de ansiedad y algunos trastornos de personalidad.

Se cree que los ISRS, aumentan los niveles extracelulares del neurotransmisor serotonina al inhibir su recaptación hacia la célula presináptica, aumentando la cantidad de serotonina, y con ello, sus procesos conductuales y neuropsicologicos resultantes, que incluyen el estado de ánimo, y funciones como el sueño, la regulación de la actividad sexual, el apetito y el ritmo cardiaco entre otras.

El estudio con psilocibina, requirió de un escaneo a través de resonancia magnética funcional, en donde se apreciaron reducciones en el flujo sanguíneo en ciertas áreas del cerebro, incluida la amígdala, la cual esta íntimamente relacionada a las respuestas emocionales del estrés y el miedo.

Según afirma el Dr. Carthart-Harris, “es posible que los psicodélicos restablezcan las redes cerebrales asociadas con la depresión, permitiéndoles efectivamente ser liberados del estado depresivo”.

Si bien los resultados son alentadores, se requieren diseños más sólidos y estudios más amplios para ver claramente este efecto positivo, y poder repetirse en mas pacientes, haciendo especial hincapié en que los pacientes no deben ser automedicados, pues se requiere de un tratamiento especial con un amplio componente psicológico del tratamiento, advierten los especialistas.

El consumo de hongos, tiene raíces prehispánicas y fue utilizado por las civilizaciones antiguas para diferentes rituales denominados mágicos en Mesoamérica,  la psilobicina, es un compuesto natural que se encuentra en concentraciones varias en alrededor de 200 especies de hongos basidomicetos, principalmente en el genero Psilocybe con 116 especies distintas, y en donde la Psilocybe mexicana, comúnmente llamada “pajarito” en México, fue la que estudió el Dr. Hoffman, y de la que aisló por primera vez, los componentes activos psilocibina y psilocina en 1958.

Actualmente, los hongos mágicos se clasifican como una droga ilegal de clase A en el Reino Unido, esta categoría la sitúa en el rango mas alto, conjuntamente con drogas como la heroína y la cocaína, por lo que el estudio requirió varios meses para su aprobación por parte de las autoridades.

Fuentes:

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Psilocibina
  2. https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Hofmann
  3. https://www.imperial.ac.uk/news/182410/magic-mushrooms-reset-brains-depressed-patients/
  4. https://www.nature.com/news/magic-mushroom-drug-lifts-depression-in-first-human-trial-1.19919
  5. https://es.wikipedia.org/wiki/Serotonina#Funcionalidad
  6. https://es.wikipedia.org/wiki/Serotonina

 

 

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