Sin duda alguna, ningún ser humano normal, a podido decir siempre la verdad, pero, ¿sabes que tan frecuentemente lo haces y si esta conducta se trata ya de un patrón adictivo anormal?

La mentira tiene varias connotaciones, mentimos algunas veces por necesidad, para evitar confrontaciones, mentimos por compasión o por adulación. Algunas profesiones y empleos requieren de la mentira para poder subsistir, todo esto, bajo una lógica social que hace que el mundo sea menos hostil para sobrellevarlo.

Al parecer, la vida no nos plantea la posibilidad de poder decir siempre la verdad porque simple y sencillamente el mundo, la sociedad y la humanidad no son perfectas.

Pero hay otros tipos de mentiras que no solamente alivian o aligeran situaciones sociales sino que se vuelven parte de la vida de las personas, situaciones que requieren para poder manejarse en el mundo sin tener que afrontar situaciones dolorosas o penosas que nos confrontan con nuestros miedos y con nuestros aparentes errores en nuestra conducta que queremos evitar se conozcan a toda costa, pero, ¿es esto una condición aprendida o viene por decirlo asi “de fabrica” en nuestro cerebro?

Que significado tiene la mentira en un adicto?

Se dice que la falsedad, la negación, el engaño, el embaucamiento, la fabulación pseudológica y la mistificación son peldaños de una misma escalera.

Según Sirvent (1989) el engaño forma parte de la constelación sociopática general del adicto, y es una condición aprendida y desarrollada a lo largo de una vida llena de dificultades.

La mistificación se gesta durante la etapa pre-adictiva del sujeto, cuando para justificar su comportamiento, el sujeto se ve obligado a engañar.

Al principio cuesta trabajo engañar, llegando a sentir culpa, pero a medida que mentimos más regularmente, se acaba por no distinguir verdad de mentira, limitándose simplemente a decir con más naturalidad aquello que más le conviene, sea o no verdad, reduciendo la ansiedad asociada al acto de mentir.

¿Es el corazón el que dicta la verdad?

El adicto está tan habituado a la mistificación que su única verdad se vuelve simplemente emocional, es decir no obra como parte de la realidad objetiva, sino que se apoya solamente en función de lo que quiere expresar en base a sus propios intereses.

Aunque mienta, seguirá pensando que es parte de su discurso y pensará que la prueba contraria es una acción hostil hacia su persona.

Con lo anterior, la pueril negación de lo evidente, no se convierte en una simple respuesta cínica, para el sujeto adicto se vuelve la alteración de un sistema de referencia cognitivo alterado por la mistificación.

En resumen, el sujeto adicto a mentir, aprende a hacerlo como respuesta adaptativa a su difícil vida, en la que debe justificar (de una manera falaz) comportamientos o sucesos socialmente inaceptables.

El siguiente paso de la transformación de la mentira es el auto engaño el cual tiene puramente un carácter acomodaticio.

¿Por qué miente un mitómano?

Un mentiroso compulsivo es una persona que distorsiona la realidad de manera reiterada y frecuente.

Sin embargo, aunque al principio lo hace por obtener un beneficio personal inmediato, demandar atención o evitar un castigo, el mentiroso compulsivo miente sin un motivo, sin ser consciente de por qué lo hace.

Se suele utilizar el término “mentiroso patológico” o “mitomanía” (Anton Delbrueck, 1898), e incluso algunos autores lo llaman “enfermedad de la mentira”. Aunque la mitomanía o la mentira compulsiva no está considerada como una enfermedad en sí misma.

De entre las principales causas de la mitomanía se pueden identificar las siguientes:

Miedo al rechazo.

La elevada necesidad de una persona para obtener aprobación externa, suele considerarse como una de las causas del abuso del trastorno de la realidad.

Baja autoestima

La inseguridad personal, acompañada de complejos de inferioridad, dan pie a cambiar los parámetros de lo que se siente o piensa, y se acompaña de actitudes y disfraces que encubren las carencias que intentan ocultar quienes mienten patológicamente.

Necesidad de admiración.

Un comportamiento patrón en el mitómano, es la exageración de la realidad por hazañas increíbles o fuera de toda posibilidad creíble.

Intolerancia emocional

Cuando se sufre de una elevada sensibilidad a las emociones displacenteras, surge el rechazo a reconocer estas como parte de lo que experimenta un individuo, dando lugar a la modificación de lo que se siente, evitando a toda costa demostrar fragilidad a los eventos negativos y sustituyéndolos por acciones o situaciones alejadas de la verdad.

Otros trastornos asociados a la mentira compulsiva lo son los trastornos antisociales de personalidad, el trastorno límite de la personalidad y el trastorno narcisista de la personalidad, que, si bien no son el eje mismo del trastorno, suelen acompañarse de la necesidad de utilizar la mentira de manera compulsiva, al igual que el trastorno obsesivo compulsivo, el de conducta alimentaria y el relacionado con el abuso de sustancias en menor grado.

Categorías de las mentiras.

Si bien no existe una frontera bien definida para saber cuándo se es un mentiroso compulsivo, si podemos establecer al menos algunas categorías y parámetros para distinguir si somos o no mentirosos compulsivos.

Mentir esporádicamente es algo normal, la Universidad de Massachussets en el 2002 indicaron que el 60% de las personas adultas no son capaces de tener 10 minutos de conversación sin decir al menos una mentira.

Por lo anterior, podemos distinguir tres categorías posibles.

Las personas que nunca mienten.

Bajo esta categoría es casi imposible que seamos 100% sinceros. Sería casi igual de difícil como lo muestra la película de comedia interpretada por Jim Carrey (Liar Liar), en donde por deseos de su hijo, Fletcher descubre que es incapaz de hacer ni decir nada falso o deshonesto.

Mentirosos ocasionales o funcionales.

Son las mentiras que amablemente utilizamos para evitar un conflicto, proporcionar información personal o íntima o evitar herir los sentimientos de alguien. Tambien las usamos para evitar ceder a la presión de una situación cuando no sabemos decir “no” de manera concreta y directa, o para evitar preocupar a una persona.

Mentirosos patológicos.

Son los que describimos al inicio, las personas que trastocan la realidad de forma recurrente derivado de patologías o miedo a la crítica.

Vivir en la mentira.

¿Teorizar es mentir? Según el médico psiquiatra Marcelo Cetkovich, director del departamento de psiquiatría del instituto de neurología cognitiva (INECO); “En este caso no son mentiras estrictamente hablando, porque la persona no es consciente de que está diciendo algo que es falso, sino que tiene la convicción de que aún no hay pruebas suficientes para negar que lo que está diciendo es falso”.

Por lo tanto, es necesario que el psiquiatra haga una pesquisa casi policial ante las ideas delirantes, además que los psicópatas (sujetos sin empatía moral) buscan casi siempre obtener un beneficio a través de la mentira.

¿Cuáles son las causas de la mitomanía?

Existen diferentes factores causales y aunque no se conocen exactamente por qué las personas mienten compulsivamente, existen algunos factores como desequilibrios a nivel neurológico, factores psicológicos, biológicos o hasta traumas derivados por abuso físico y sexual.

En un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry, se establece que una de las causas de la mitomanía obedece a un desequilibrio a nivel neurológico en donde se tiene un incremento de materia blanca en el cerebro.

Otros estudios sugieren que los mitómanos sufren una disfunción hemitialámica derecha.

¿Como se desenmascara a un mitómano?

Si realmente se trata de un mitómano detectado como tal por un especialista, debes tener en cuenta que no lo hace por mal, debes entender que se trata de un impulso que no pueden evitar, y por consiguiente lo mejor es tratarle con compasión.

Debes recomendarle conseguir ayuda profesional y de manera empática y sin juzgarlo hacerle notar que te has dado cuenta de las irregularidades de sus historias.

 

Existe cura para la mitomanía?

Desafortunadamente no existe un tratamiento único para curar la mitomanía, por lo que para combatir esta conducta es necesario reeducar la percepción de la realidad del paciente, a través de ayuda profesional y el compromiso propio. En algunos casos el especialista podría recomendar el uso de psicofármacos dependiendo de su análisis profesional.

Los trabajos que deberán seguir los especialistas van desde identificar las razones por las cuales miente la persona, hacer una lista del por qué quiere el paciente dejar de mentir, la identificación del porqué y cuáles son los detonantes que impulsan al paciente a mentir y considerar a la honestidad como un valor necesario para su vida diaria.

Fuentes:

  • https://psiquiatria.com/bibliopsiquis/volumen.php?wurl=la-mentira-transformada
  • https://www.areahumana.es/mitomania-mentiroso-compulsivo/
  • https://www.infobae.com/salud/ciencia/2017/05/10/como-funciona-la-mente-de-un-mentiroso-patologico/
  • https://www.google.com/search?q=farmacos+para+dejar+de+mentir&oq=farmacos+para+dejar+de+mentir&aqs=chrome..69i57j33i22i29i30.4799j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
  • https://www.radiok1.com/post/2019/08/31/tratamiento-para-los-mentirosos-patol%C3%B3gicos-es-posible
  • https://www.topdoctors.com.co/articulos-medicos/la-mitomania-tiene-cura-averigua-la-respuesta